Dicen que las revoluciones más poderosas comienzan en las sombras, la nuestra empieza en la tierra y termina en la mesa. Una revolución de amor al picante. Boom boom, boom boom. Recorre nuestras venas, bombea nuestro espíritu. Nos mueve y enciende. Por eso luchamos por él. ¿Por qué hacer picante en un país sin tradición? Alguno pensará que es locura. Pero es una lucha pura. Conquistar paladares. Ocupar estantes. Eliminar prejuicios. Romper esquemas. Alegrar platos. Detonar risas. Crear una revolución.
NUESTRA
GUERRILLA
NUESTRAS
SALSAS
Sí, somos el detonante de una revolución. Una revolución que no tiene marcha atrás. Porque si nos pruebas repites.
Ahora, tú decides. ¿Te unes?
UNA REVOLUCIÓN DE AMOR AL PICANTE
UNA REVOLUCIÓN SOSTENIBLE
De las cosas bien hechas, de verdad. Porque ‘orgánico’ es más que un sello, y la sostenibilidad es una forma de vida. Dejarse la piel por los principios, mojarse, colaborar, cuidar la producción y a las personas hasta las últimas consecuencias. Aquí no se rinde nadie.
De las cosas bien hechas, de verdad. Porque ‘orgánico’ es más que un sello, y la sostenibilidad es una forma de vida. Dejarse la piel por los principios, mojarse, colaborar, cuidar la producción y a las personas hasta las últimas consecuencias. Aquí no se rinde nadie.
UNA REVOLUCIÓN CONTRA LOS PREJUICIOS
Que dicen que el picante irrita, quema o molesta. Contra los que piensan que para comer picante necesitas una tortilla de maíz. Y contra los que lo ven como una herejía que esconde sabores. Luchamos por el picante más allá de la llama infernal y la calavera requemada. Picante que no tapa, picante que eleva. Picante que detona algo bueno. Que no defrauda. Porque no somos solo una salsa, somos un ritual que exige arrojo.
CON EL TIEMPO Y EL
PROCESO NO SE JUEGA
Aquí nos tomamos muy en serio la elaboración. Respetamos los tiempos de la tierra y los ritmos de la naturaleza.
Usamos nuestras manos en todo el proceso. Heredamos procedimientos y técnicas ancestrales mexicanas.
Ahumamos en el único horno chipotlero de Europa y lo hacemos lento.
A baja temperatura. Nuestra fermentación se hace sin prisa durante 2 años. Y todo el proceso va sazonado con una buena dosis de cariño.
Todo esto para lograr el sabor genuino que buscamos. Un producto que conquista y lo hace de verdad.
NUESTRA HUERTA,
EL ESTANDARTE DE NUESTRA
REVOLUCIÓN
Nuestra huerta es una declaración de intenciones y principios. Porque cultivar productos mesoamericanos en el corazón de Castilla es un reto solo apto para valientes. Pero hacerlo, además, con certificación ecológica y con un profundo respeto al entorno natural y a tu bienestar, eso es de ser osados de verdad.
Y es que La Retamilla, no es solo la huerta orgánica al aire libre más grande de Europa, es nuestra casa, nuestro sueño y lo que da sentido al esfuerzo y el cariño que invertimos cada día.
Nadie dijo que el campo fuera fácil, pero es esta tierra, su clima, las semillas originarias de México que reproducimos en nuestro propio banco genético, lo que nos permite conseguir unos chiles con unas cualidades organolépticas increíbles.